La Educación Sexual Integral hace referencia a programas formativos, actitudes y difusión de la información relacionada con la sexualidad basada en la evidencia, desde una perspectiva positiva, inclusiva y en la que se apuesta por la diversidad; promoviendo el conocimiento, la aceptación y la expresión libre. Todxs participamos y somos responsables de la educación sexual de la sociedad, es inevitable e insustituible. Uno de los principales trabajos que realizamos tanto en consultas de asesoramiento, terapia, como en programas de comunicación y educación es reestructurar los mitos y tabúes en torno a la sexualidad, fomentar habilidades y actitudes positivas y desde el autoconocimiento, así como impulsar la autonomía en base a una información clara y realista.

Hoy en día sabemos que la salud se completa con la estabilidad emocional, y muchas veces será la salud mental la que nos ayude a lidiar con otras dificultades y enfermedades del día a día. Acudir a unx especialista de la salud mental es una decisión muy personal, pero si es recomendable hacerlo ante malestar emocional, herramientas de gestión vital poco adaptativas que nos generen sufrimiento o ante la aparición o persistencia de síntomas compatibles con una enfermedad mental.

Solicitar ayuda ante el malestar emocional implica ser consciente de que algo no va bien, de que estamos sufriendo. Por tanto, es un gesto de autoevaluación y autocuidado. En muchas de las ocasiones se nos presentarán dificultades que podremos gestionar con nuestras propias herramientas manteniendo el equilibrio, pero puede que en otras nos sintamos sobrepasadxs por situaciones de alta intensidad emocional o bien porque estemos en un momento vital de mayor vulnerabilidad, requiriendo apoyo para superarlas. Unx terapeuta cualificado estará presente en este trabajo de descubrimiento de automatismos o situaciones que nos generan malestar, así como a aprender nuevas estrategias más saludables, adaptativas y eficaces con vistas a la resolución exitosa de dificultades y/o enfermedades.

No siempre. En torno al tratamiento farmacológico existen muchos mitos, la mayoría de ellos relacionados con efectos secundarios indeseables o asociados a la idea de que “unx mismx tiene que poder resolver cualquier adversidad que se presente”. La medicación es una herramienta más de las que disponemos, que se utiliza en los casos que así lo requieren para tratar síntomas que pueden estar interfiriendo en nuestro funcionamiento habitual y trabajo terapéutico, con una revisión continuada y periódica para reajustarla en todo momento, y siempre que sea posible consensuado con xlx paciente. En gran parte de las ocasiones se puede retirar tras el tiempo recomendado por la comunidad científica. Una buena relación terapéutica y un clima de confianza y confidencialidad permitirá además hablar sobre los miedos, dificultades y efectos secundarios en torno a la medicación con tu psiquiatra y así modificarla y ajustarla, para que sea un apoyo, y no implique una pérdida en la calidad de vida.

No se trata de dar la solución correcta, sino de ayudar a encontrarla. Es muy importante tener en cuenta que se trata de una tarea conjunta y sinérgica entre xlx paciente y xlx terapeuta. La motivación es crucial de cara a que el trabajo psico-terapéutico resulte y sea exitoso, dependiendo de cada caso y situación el tiempo que conlleve restablecer el equilibrio. Para ello, además de la evaluación de aquello que interrumpe nuestro bienestar y el aprendizaje de nuevas herramientas de gestión en la propia consulta, es fundamental que se pongan en marcha de forma progresiva en la vida cotidiana. De esta manera conseguiremos un adecuado automanejo y empoderamiento que nos permitirá no solo resolver el problema actual, sino integrar un compendio de estrategias que nos den seguridad y protección ante nuevas adversidades futuras.